Día del Niñ@: el consumo que invisibiliza los derechos de la infancia
El origen de la conmemoración del día del niño es producto del reconocimiento de una serie de derechos en relación a la infancia a nivel mundial. Actualmente la celebración ha convertido a esta conmemoración en una festividad del mercado y a la niñez en un objeto de consumo. Desplazando a segundo o tercer plano la importancia de dicho reconocimiento.
Algunos niños y niñas de la región de Los Ríos, reflexionan y opinan sobre lo que representa para ell@s esta fecha y cómo les gustaría celebrarla.
El día del niño tiene sus orígenes en la aprobación de la Declaración de los Derechos del Niño en 1959 en la Asamblea General de la Organización de Las Naciones Unidas (ONU). El 20 de noviembre de 1989 es adoptada por dicha asamblea la Convención sobre los Derechos de los Niños, que a diferencia del primer hito tiene carácter obligatorio para los países firmantes y debe ser considerada en sus legislaciones.
En Chile la Convención es ratificada por Ley el 14 de agosto de 1990, y es por esta razón que se conmemora cada primer o segundo domingo de dicho mes el Día del Niñ@. Así se reconocen derechos sobre las personas menores de 18 años en el país, entre los que destaca la no discriminación, el derecho a la alimentación, la prohibición del trabajo infantil, entre otros. Sin embargo, en los últimos años esta fecha se ha convertido en una celebración de mercado a nivel simbólico y cultural.
El juego: ¿una herramienta de consumo o de desarrollo?
Según Euromonitor internacional el 2016 una de las tendencias del mercado minorista en Chile fue el de los juguetes, las ventas de estos productos se concentran principalmente en los meses de agosto con un 25% en el marco del Día del Niñ@ y en diciembre con la Navidad en un 60 por ciento. La misma base estadística, menciona que el mercado del juguete en el país alcanza los 473 millones de dólares anuales. Las principales marcas vendidas son las estadounidenses Hasbro y Mattel de origen chino, dominando la industria del juguete a nivel nacional.
En cuanto a la reglamentación sobre la publicidad e información de los juguetes está normada en Chile por la Ley de Protección de Derechos de Los Consumidores 19.494 y el Reglamento Sobre Seguridad en Juguetes, Decreto 114 del Ministerio de Salud. Los cuerpos legales se refieren a la información o peligrosidad que podrían presentar los artículos para la salud de los niños y niñas, pero no aborda dimensiones como la discriminación, la reproducción de estereotipos o comportamientos negativos, y los parámetros de protección de la infancia.
Según un estudio del Servicio Nacional del Consumidor (SERNAC) sobre la publicidad de los juguetes que se venden en Chile realizado el 2012, éstos son considerados herramientas que pueden servir para “desarrollar y potenciar sus características personales, sus habilidades y para aprehender sobre la exploración y relación con el mundo que los rodea, de ahí la importancia que tienen muchas veces los juguetes con la definición de roles y estereotipos”. Por ello, resulta de importancia controlar los mecanismos que promueven el consumo de estos productos, como es el caso de la publicidad en sus diferentes formatos y buscar alternativas para el desarrollo y estimulación de los niños y niñas.
En ese sentido, existen propuestas que buscan rescatar el juguete como un elemento de desarrollo personal y a la vez que fomenten la interacción con los pares, las cuales retoman aspectos tradicionales y de perspectivas de la educación Montessori o Waldorf. Entre esos se encuentra “El Ato” en Valdivia, una iniciativa gestada por Amanda Iturra y su pareja Raúl Alarcón, quienes se inspiraron en su propia experiencia de crianza confeccionando herramientas de juego con piezas de madera.
“Nuestros juguetes son una alternativa para todos esos papás que quieren que sus hijas e hijos jueguen con algo hecho a mano y con seguridad. Somos un emprendimiento que no produce a gran escala y al acceder a uno de nuestros productos se ayuda directamente a la economía de un hogar Valdiviano. Nuestra idea es seguir aprendiendo y no abandonar este bello trabajo al que queremos mucho. Por otro lado, opino que el sobre consumo de juguetes y tecnología en los niños produce mucho daño, le enseñas que todo es desechable y cambiable.”, explica Amanda.
¿Niños y niñas como objeto y/o sujeto de consumo?
En el estudio del SERNAC de 2012, se analizaron principalmente catálogos del retail (como Ripley, Falabella, Almacenes París, Líder, entre otros) en que se publicitaban juguetes de diferentes marcas. Uno de los resultados que llama la atención a nivel simbólico es la reproducción del discurso de roles de género, en que lo interior y doméstico es para las niñas y lo exterior y de aventura está destinado a los niños. En ese sentido, la representación que se hace de los niños y niñas es la de consumidores pensados desde los adultos, naturalizando prácticas de violencia hacía la niñez y conductas dañinas que no son reconocibles a simple vista en la publicidad.
El SERNAC declara que uno de sus grupos prioritarios en consumo responsable y educación financiera son los niños y adolescentes, para lo cual creó a nivel nacional el Programa Escolar de Educación Financiera producto que se considera a estos públicos como vulnerables. Para los más pequeños se desarrolló la serie audiovisual “Matilde y Martín”, la que uno de sus capítulos aborda el consumo de juguetes y el reciclaje, además, existen vídeos educativos en el portal web de la institución dirigidos a niños y niñas entre los 6 y 18 años.
Por otro lado, se debe considerar que durante la niñez existen dinámicas propias en los juegos que en el discurso publicitario son silenciadas, las cuales tienen que ver con la solidaridad y creatividad que se desarrolla durante la infancia. Por ello es necesario que los tutores, instituciones gubernamentales, padres y madres, fomenten este tipo de conductas y además la protección de la niñez. Así, es necesario discutir sí actualmente los niños y niñas son objetos o sujetos en la sociedad de consumo, o navegan entre ambas dimensiones.
¿Qué piensan los niños y niñas?
Las opiniones de los y las protagonistas de este día que conmemora sus derechos nos invitan a pensar nuestra sociedad y el lugar que le hemos relegado a la niñez. Baltazar Barrales Antúnez de 6 años y Valentina Bernal Soto de 9 años, nos cuentan sus reflexiones y lo que entienden sobre esta fecha y los derechos que cada niño y niña debería tener.
Baltazar a sus 6 años está en primero básico y comenzando a leer de corrido, le gusta jugar con spinners y con sus amigos y amigas, tiene un hermano pequeño y vive con su mamá y su pareja, además tiene un gato llamado Julio. Cuenta que no sabe por qué se celebra el día del niño y que le gusta la fecha, “Me gusta el día del niño porque me regalan cosas, aunque a veces me siento mal sino me regalan nada, aunque eso no es importante, lo importante es andar en bici y comer dulces. Este año no me regalaron nada en casa, pero sí en el colegio me regalaron cosas, un muñeco que se llama Pelo de León, por su pelo”.
Sobre los derechos del niño se detiene a pensar y luego comenta que en el colegio le hablaron de eso una vez y cree que estos tienen que ver con que: “Todos los niños deberían tener derecho a comer, a jugar, que tengan amigos, un gato y a aprender a leer. Además, espero que todos los niños lo pasen bien. Me gustaría también que los niños mapuche tengan amigos y cuiden su medio ambiente, y que sepan qué es un sppiner”.
Valentina por su parte tiene 9 años y está en cuarto básico, es hija única y le encanta la naturaleza, por eso dice que hay que cuidarla porque el medio ambiente nos da lechugas, plantitas, y no hay que ensuciar el planeta. Sobre el día del niño cuenta, “Yo lo pasé bien y para mi significa felicidad, me gusta, es entretenido y en el colegio hicimos una once”. Además, dice “los derechos de los niños y niñas son el derecho a estudiar, a tener un hogar, a no ser maltratados y tener un nombre. Los adultos nos deben cuidar, nos deben dar alimentos y hacernos felices”.
En cuanto a la publicidad que ve en la tele por el Día del Niñ@ expresó “no estoy de acuerdo porque a veces suben los precios y algunos padres no tienen suficiente dinero para comprar lo que quieren sus hijos, sobrinos o familiares. A mí me gustan algunos juguetes, pero no me gustan las cosas de niñas, las barbies no me gustan”. Valentina además quiso expresar un mensaje a los demás niños y niñas “Por ejemplo sus padres igual se esfuerzan y trabajan por ellos, y no sean exigentes por un regalo, porque sus papás les cuesta ganar dinero a algunos. Espero que los demás niños sean felices”.